Gasolina |
Resulta que fabricar gasolina no es tan simple como mucha gente cree. No basta con destilar petróleo en las refinerías y enviarlo a las gasolineras. La gasolina es una mezcla de diferentes componentes que deben mezclarse en proporciones adecuadas para conseguir las propiedades deseadas, y una de las más importantes es la volatilidad. ¿Por qué la volatilidad? En los cilindros del motor de los automóviles se quema una mezcla de aire y vapor de gasolina que se ha preparado previamente en el carburador. Sin embargo, cuando el tiempo es muy frío resulta difícil vaporizar la gasolina y cuesta mucho arrancar el motor. Por eso, las compañías petrolíferas, en invierno, preparan gasolinas con una mayor proporción de componentes volátiles lo que permite que se vaporice más fácilmente. Por otra parte, cuando el tiempo es caluroso, no es deseable que la gasolina sea muy volátil porque se vaporizaría con demasiada facilidad. Parte de la gasolina del depósito se perdería por evaporación, lo que además de caro resulta peligroso para el medio ambiente. Además, pueden formarse bolsas de vapor en los conductos del combustible, con lo que la bomba de gasolina no podría funcionar correctamente y no llegaría suficiente combustible al motor.
En resumen, todo un problema. Pero, como las gasolinas son mezclas de hidrocarburos con diferente volatilidad, se resuelve fácilmente cambiando la proporción de la mezcla. Cuanto más frío sea el clima mayor proporción de componentes volátiles debe contener la mezcla. De hecho, las compañías petrolíferas cambian la proporción de la mezcla cuatro veces al año, y no nos damos cuenta, pero lo notaríamos si no lo hicieran.
Menos mal que no la cambian todos los meses porque sino los profes son capaces de hacernos aprender la lista de gasolinas igual que la tabla periódica.
(Publicado en la revista del IES Victoria Kent: CRIA CUERVOS)
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